Hoy, al igual que todos los días que pasaron y los que pasaran, se ha avistado la incierta y muy real situación de los jóvenes que cada ves mas buscan una solución para sobrevivir a un determinado sistema social, económico, político e incluso moral, dejando a la vista la inconformidad de cada joven ante sus estilo de vida, ante la sociedad que lo enajena, lo adormece y al mismo tiempo lo libera brindándole miles de formas para ello.
En réquiem por un sueño, se pone de manifiesto no solo la idea de como un ser humano puede alcanzar limites inimaginables a su razón, para satisfacer una adicción o un deseo, sino permitirle al lector, pensar en como desde una mirar retrospectiva la sociedad ha permitido que los jóvenes, hoy, hayan caído en la pregunta mas crucial y existencial, y es ¿que debo hacer yo con mi vida?.
Ante esto mas que dejar ver la transformación de ciertos valores y códigos éticos, se busca deliberar acerca de la evolución o involución de toda una sociedad, en torno al gran tema en común, como lo es la drogadicción, pero no llevada al plano de la reflexión vacía de grupo, de escuela, de universidad, sino que mediante el contraste entre una adicción y la otra mostrar lo que verdaderamente hace al hombre un ser humano que siente y depende de algo para vivir, ya no como especie dominante o ser inteligente, sino mas bien como ser parásito, problematico, atrapado en su propia indecisión, sobre temas como el amor, la lealtad, la fidelidad o el reconocimiento ante el paso inclemente del tiempo.
Y en cuanto al filmé, réquiem por un sueño, lleva a su lector de la mano del simbolismo puro, de la imagen catapultada por la expectativa de un deseo propio, hasta de un morbo escondido bajo la formalidad del evento, despertando así, en cada uno, lo que en muy profundo nos hace humanos, seres que viven de uno u otro deseo, para vivir y sentirse útil y real.
En réquiem por un sueño, se pone de manifiesto no solo la idea de como un ser humano puede alcanzar limites inimaginables a su razón, para satisfacer una adicción o un deseo, sino permitirle al lector, pensar en como desde una mirar retrospectiva la sociedad ha permitido que los jóvenes, hoy, hayan caído en la pregunta mas crucial y existencial, y es ¿que debo hacer yo con mi vida?.
Ante esto mas que dejar ver la transformación de ciertos valores y códigos éticos, se busca deliberar acerca de la evolución o involución de toda una sociedad, en torno al gran tema en común, como lo es la drogadicción, pero no llevada al plano de la reflexión vacía de grupo, de escuela, de universidad, sino que mediante el contraste entre una adicción y la otra mostrar lo que verdaderamente hace al hombre un ser humano que siente y depende de algo para vivir, ya no como especie dominante o ser inteligente, sino mas bien como ser parásito, problematico, atrapado en su propia indecisión, sobre temas como el amor, la lealtad, la fidelidad o el reconocimiento ante el paso inclemente del tiempo.
Y en cuanto al filmé, réquiem por un sueño, lleva a su lector de la mano del simbolismo puro, de la imagen catapultada por la expectativa de un deseo propio, hasta de un morbo escondido bajo la formalidad del evento, despertando así, en cada uno, lo que en muy profundo nos hace humanos, seres que viven de uno u otro deseo, para vivir y sentirse útil y real.
Réquiem por un sueño; un deseo real, en un espacio de fantasía.
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