"la imagen sustituye lo imaginario y el abandono del libro y la lectura disminuye el propio acervo, que ahora pasa en gran parte a la memoria electrónica...[1]
Durante los siglos anteriores al XX la humanidad había sido educada bajo los parámetros de la oralidad o el del medio impreso, sea desde los mitos y leyendas, pasando a los papiros hasta llegar a los libros empastados y el periódico como tal lo conocemos hoy. Pero es precisamente en este siglo, el XX, que todos los esquemas de transmisión de información y los métodos de educación conocidos pasaron a ser parte del pasado, o al menos así lo exigía los nuevos avances tecnológicos que surgieron en el siglo pasado, tales como la televisión o la radio, quienes moldearon al hombre a nuevos prototipos de vida.
Estos nuevos prototipos de vida, exigían un cambio en toda la sociedad y en todas sus formas tanto de pensar como de actuar, en todos los ámbitos y profesiones, sin embargo, este cambio que si bien no parecería difícil, s traería consecuencias de todo tipo. Empezando con la transformación de los sistemas educativos hasta de los sistemas políticos de cada nación.
Es así como la TV, la radio y después mas temprano que tarde el computador y la Internet, darían en su tarea de encaminar hacia el progreso a la humanidad le darían toda una amalgama de expectativas de progreso bajo aspectos como, una comunicación eficiente y rápida, maneras de vivir mas cómodas, la posibilidad de una educación total, didáctica, amena, e igualmente la opción de tomar el control de la población por medio del manejo de la información, ya que serian estos medios, que surgirían como un cuarto poder en cada nación, los que poseerían toda la información.
Sin embargo, a estos avances de orden global, se hallaban otros aspectos que no se podían dejar de lado. Uno de estos, era que si bien para los pises desarrollados la implementación de los medios audiovisuales a la vida era un complemento perfecto para seguir creciendo, para países como Colombia, del tipo Subdesarrollado, vendría a ser una medida para tratar de alcanzar al mundo desarrollado y no caer a un cuarto mundo. Es decir, que aun sabiendo que la población Colombiana no estaba para asumir este reto, debido a los procesos de globalización, a los ideales del neoliberalismo que se venían gestando desde los cuarenta, era necesario implementar estos avances. Y tal como lo vemos hoy, es resultado de esto, es que en cada hogar colombiano, hay y debe haber por lo menos una TV (sin importar su tamaño o su resolución), un computador, un DVD o en el caso mas pobre un Betamax o VHS. Implementos diarios en el vivir, elementos que si bien traen un manual de uso, la población ingenua, solo sabe cambiar de canales o darle Play para ver la película. Este es el resultado de si bien sujetarse a la idea de progreso sin aun tener las herramientas necesarias para entenderlo, caer en el doble error de no hacer nada para comprenderlo, aun cuando los utilizamos cada día o cuando para muchos fue, es o será el mecanismo que educa, moraliza y crea sus visiones de mundo.
Precisamente debido a este control inmanente, de los medios audiovisuales sobre la población colombiana y de sobre otras, surge una serie de preguntas como, ¿cual es el método para contrarrestar este control?, ¿donde esta la solución?, ¿por donde debe empezarse? ¿Debe iniciarse por cambiar los sistemas políticos, económicos y sociales? O será ¿los modelos educativos los culpables? Pues al fin y al cabo como lo señala Gramsci “la escuela contribuye a lograr la hegemonía política de una clase social, de una cultura sobre otra o de un mecanismo tecnológico e informativo sobre la población en general”[2].
Y consecuentemente a estos interrogantes surge un problema que va mas allá, el cual es, que si bien es la educación y dentro de ella la escuela como un instrumento fundamental, casi único para el desarrollo optimo de las sociedades, es quien debe fomentar conciencia en los estudiantes para lograr este fin, basada en métodos que considera correctos para el desarrollo de estos, no logra potenciar en sus estudiantes competencias del tipo ideológico, icónico, argumentativa, debido a la falta de teoría por parte del docente o a su perezoso deseo de no estar actualizado, para que cada individuo pueda desenvolverse adecuadamente en la sociedad de la información en la que vivimos hoy, en donde se nos bombardea con imágenes cada segundo, ¿Qué medidas deben adoptar los docentes, que al fin y al cabo son los dirigentes de la educación?.
Ante la visualización de la falta de apropiación teórica por parte del personal docente, y su apatía por la actualización ante hechos como la cercanía a un retiro pensión, o a la falta de competencia misma para asumir las nuevas teorías. Se establece una propuesta en la cual se faciliten a los docentes teorías agiles, fáciles de entender y aplicables para mejorar la calidad de la educación en cuanto que cada estudiante por medio de dichas teorías pueda desarrollar la competencia necesaria para enfrentar, entender, analizar y criticar los medios audiovisuales que a diario crean un control que va desde la manipulación de las visiones de mundo presentes hasta las futuras.
Estas teorías, surgen a partir de la influencia enorme que poseen los medios audiovisuales en el quehacer humano sea desde la Tv, pasando por la Internet, hasta llegar a los videoclips, y gran parte de ellas concluyen en la premisa de que es en el campo educativo donde debe crearse la conciencia necesaria para defenderse no contra los medios audiovisuales sino de la manipulación que en ellos sus creadores pretender difundir, de ahí que la escuela colombiana y sus docentes deban apoyarse en estas, si quieren encontrar soluciones para contrarrestar el efecto nocivo de los medios audiovisuales de comunicación.
Por eso para comprender la magnitud de esta influencia, Martin Barbero nos dice “yo parto de la idea de que los medios de comunicación no son un puro fenómeno comercial, no son un puro fenómeno de manipulación ideológica, son un fenómeno cultural a través del cual la gente, mucha gente, cada vez más gente, vive la constitución del sentido de su vida”[3] , ya que si bien hasta ahora se ha abordado a los medios audiovisuales en gran parte como un instrumento de manipulación y control, también es necesario aclarar que estos medios son parte de la cultura y en determinados casos son cultura misma que representa a toda una sociedad.
Y tal como Barbero vuelve y lo menciona, cuando nos explica que “De lo que se trata [...] es de indagar lo que la comunicación tiene de intercambio e interacción entre sujetos socialmente construidos, y ubicados en condiciones que son, de parte y parte aunque asimétricamente, producidos y de producción, y por tanto espacio de poder, objeto de disputas, remodelaciones y luchas por la hegemonía”[4], mas que de determinar que los medios audiovisuales solo tienen un fin el cual es controlar, es también necesario dejar en claro que igualmente son un instrumento que esta a favor de desarrollar de mejor forma los proyectos escolares, pues si bien manipulan también enseñan. Sin embargo, para que este otro fin de los medios audiovisuales se cumpla es necesario, que el docente sea capaz de darle ese sentido a los medios, pues tal como nos lo dice Althusser “no se trata poner al estudiante en contra del sistema sino, que los sepa manejar a su favor”[5], ya que los medios audiovisuales, ayudan a potenciar la competencia ideologica de los estudiantes y por ende todas las demás competencias, desde la argumentativa hasta la timica.
Es así como debe entenderse a los medios y al sistema que los usa para sus intereses, para poder extraer de ellos sus beneficios. Pero antes de ello, como para poder usar los medios hay que entenderlos, es primordial desentrañar sus estructuras, o al menos reconocer, la principal, de donde se apoyan todas las demás. En el caso de los medios audiovisuales, es necesario entender la imagen y con ella todo el elemento iconográfico.
Pues son estos, los iconos, “un recurso que consiste en la posibilidad de representar en forma simultánea -en un espacio bi o tridimensional- las propiedades evidenciadas, mientras el lenguaje verbal es unidimensional y secuencial, lo cual no reduce su valor a nivel conceptual”[6] elementos que llevan todo el peso de la significación al emitir, más allá de lo verbal un mensaje dentro de los medios audiovisuales. Y en tal caso es apremiante decir que hay que desarrollar una argumentación icónica si se quiere entender estas estructuras. Y para ello, hay que analizar dichos componentes, más no se trata tan solo de eso, sino que hay que llegar a la crítica y valoración reflexiva y personal de ese análisis.
Debido a que tal como lo dice Adams,“la argumentación icónica, no aparente como tal, pero si existente en la imagen y coherente a pesar de todo, sugestiva en su conducta, pero es fuertemente implicativa en sus efectos, favorece los procedimientos asociativos e inductivos mas que los deductivos, así, esta basada en la ostentación no solo dicha sino también mostrada, pues posee una capacidad fetichizadora en el sentido propio y estricto de la palabra, que consiste en jugar con el poder de la seducción de la imagen y en hacer creer que su contemplación (a falta de veneración) significa posesión y el disfrute del producto del que ella no es mas que un sustituto ilusorio”[7], la clave del entendimiento de cualquier medio visual o audiovisual esta en el comprender los iconos e imágenes dentro de ellos, es decir desarrollar argumentación icónica.
Pero antes de continuar con todo esto hay que decir que, el icono como una mediación entre el “representament, el objeto y el interpretante” y como “Desde sus mismos inicios y a todo lo largo de su desarrollo, la civilización occidental y el modo de conocimiento asociado a la misma han estado marcados por una definitoria subordinación de la imagen analógica (icono) al orden simbólico que encuentra su máxima expresión en las lenguas naturales, concebidas en cuanto tales como la herramienta cognitiva por antonomasia. Ya que es la única que permite al individuo humano el acceso a una concepción de la realidad circundante (y consiguiente apropiación de la misma) capaz de trazar una distancia entre ambos que sustente la autonomía de aquél (y la institución del individuo humano como sujeto”[8] debe ser entendido como tal, mas no como un componente neutro, apropiado para la manipulación, y en ese caso Barbero nos dice “Las mediaciones son entendidas como ese lugar desde el que es posible percibir y comprender la interacción entre el espacio de la producción y el de la recepción: que lo que se produce en la televisión no responde únicamente a requerimientos del sistema industrial y a estratagemas comerciales sino también a exigencias que vienen de la trama cultural y los modos de ver”[9], entendiéndose que la mayor implicación pedagógica de estos medios son la de poder potenciar competencia ideologica, argumentativa, y así generar argumentación icónica, para no solamente comprender las manipulaciones que se dan alrededor y dentro de estos medios, sino para poder comprender la cultura que reflejan o crean, una cultura que en muchos casos lo es todo para los miembros de una comunidad.
Así mismo, los medios como gran fuente de significación, no pueden ser leídos a la ligera, no obstante, es necesario alfabetizar visualmente al estudiante antes de enfrentarlo a la gran mayoría de iconos e imágenes que los medios poseen, ya que “La alfabetización nos abre a las múltiples escrituras que hoy conforman el mundo del audiovisual y la informática. Pues estamos ante un cambio en los protocolos y procesos de lectura, que no significa, no puede significar, la simple sustitución de un modo de leer por otro, sino la compleja articulación de uno y otro, de la lectura de textos y la de hipertextos [...]. Pues es por esa pluralidad de escrituras por la que pasa hoy la construcción de ciudadanos que sepan leer tanto periódicos como noticieros de televisión, videojuegos, video clips e hipertextos”[10] tal como nos lo recuerda Barbero, es necesario alfabetizar visualmente a los estudiantes en el camino de utilizar a los medios como herramienta de aprendizaje, de reflexión y critica, puesto que son muchos teóricos como Parsons, Raney, Perkins, o Kenneth Clark, quienes con teorías sencillas de entender para el docente y de fácil aplicación para sus estudiantes, pueden facilitar el proceso de alfabetización visual en cada escuela de la nación, y así continuar progresivamente en la tarea de formar seres que observen y no solo vean, que escuchen y no solo oigan.
En conclusión, la escuela en su totalidad debe adoptar las nuevas formas y métodos de análisis de la realidad de sus estudiantes. Teorías, métodos y modelos que son el producto de investigaciones contextuales, actuales y críticas, que ayudan a mejorar la calidad de la educación en cuanto sean manejadas y aplicada de forma certera, teniendo en cuenta las necesidades significativas de los estudiantes y de la sociedad donde se mueven, y mas allá las necesidades que realmente necesita esa sociedad o esos estudiantes tener, para encaminarse hacia el progreso.
El objetivo principal de la escuela debe ser, el de constituir seres que dejen de ser consumidores pasivos y pasen a ser consumidores activos, ya que ante el error de preparar a los estudiantes para luchar contra los medios o en el peor de los casos no advertir sobre los riesgos que se corren si no se ve la TV o se usa el internet de forma adecuada o con lo elementos necesarios para entenderla, es primordial que se disipe la mala fama de los medios e igualmente no usarlos como excusa para no potenciar la lectura y la escritura de textos o imágenes por parte de lo estudiantes, sin buscar o tener como opción a ese gran medio que la gran parte de maestros considera como enemigo de los libros y del arte del leer y escribir.
En ultimas, los medios audiovisuales, no deben ser vistos solamente como algo que distrae o perjudica sino que “En vez de llegar a las salas para buscar 'la intimidad en medio de la multitud'[...] en esa comunidad devota que se forma en el oscuro silencio frente a la pantalla, la televisión y el video fomentan la sociabilidad restringida de la pareja o la familia, con una concentración débil en el filme”[11]. En la búsqueda de formas nuevas de aceptar la inevitable influencia de los medios, pero de forma positiva y sacarle el mejor provecho, pues “Más que buscar su nicho en la idea ilustrada de cultura, la experiencia audiovisual la replantea desde los modos mismos de relación con la realidad, esto es, desde las transformaciones que introduce en nuestra percepción del espacio y del tiempo”[12], que al final busquen instituir a “sujetos dotados de una 'plasticidad neuronal' y elasticidad cultural que[...] es más bien apertura a muy diversas formas, camaleónica adaptación a los más diversos contextos y una enorme facilidad para los 'idiomas' del video y el computador”[13].
[1] Portal Moreno, Raisa. Comunicación y Sociedad. Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 22
[2] La educación en la teoría de Antonio Gramsci, Rita Ferrari Marchioni, la escuela,
[3] Martín Barbero, Jesús (1987) De los Medios a las Mediaciones. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Pág. 183
[4] Martín Barbero, Jesús (1987) De los Medios a las Mediaciones. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Pág. 21
[5] La educación del siglo XX, la critica radical, 2 edicion, cuadernos, numero 148, Jesús palacios. Pág. 27
[6] Revista Latina de Comunicación Social, La Laguna (Tenerife), D.L.: TF - 135 - 98 / ISSN: 1138 – 5820, el contenido de los mensajes icónicos, Dr. RAYMOND COLLE, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica, Santiago de Chile, Pág. 5. Capitulo 1, particularidades del discurso icónico.
[7] Michael Adam y otros, la argumentación publicitaria, Madrid, 2000, la argumentación icónica
[8] Antonio CARO ALMELA, Mas allá del icono, (Universidad Complutense)
[9] Martín Barbero, Jesús (1987) De los Medios a las Mediaciones. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Pág. 105
[10] Martín Barbero, Jesús Barbero, Jesús y Rey, G. (1999) Los Ejercicios del Ver. Barcelona: Editorial Gedisa Pág. 43
[11]García Canclini, Néstor. (1995) Consumidores y Ciudadanos. México: Editorial Grijalbo. Pág. 134
[12] Martín Barbero, Jesús (1987) De los Medios a las Mediaciones. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Pág. 89-90
[13] Martín Barbero, Jesús y Rey, G. (1999) Los Ejercicios del Ver. Barcelona: Editorial Gedisa, Pág. 35
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