Durante diferentes momentos históricos, el concepto de semiótica ha ido definiéndose desde diferentes autores y puntos de vista sociales, tales como los de Pierce y Saussure, quienes a lo largo de un corto periodo nos han brindado distintas concepciones tales como considerar a la semiótica como una relación de signo y significado o en otra perspectiva, un coexistir entre signo, interpretante y significado. Refiriéndonos a la primera podemos decir que en principio Saussure nos da una primera concepción valida para su tiempo, pero que mas adelante seria reelaborada por charles Anderson Pierce tomando lógicamente la teoría de Saussure pero agregándole el ciertas sucesos y fenómenos que no incluía la teoría Saussureana. Después de estas dos definiciones a las que podríamos llamar “madres o centrales” se desprenden hoy por hoy diversas concepciones que intentan dar una definición mas acertada para nuestros tiempos de la semiótica,
De ahí que desde unas perspectivas definitorias de la semiótica dadas por mas de medio siglo atrás los discurso y debates entorno a la semítica se han venido acelerando, pues a pesar del llamado imperialismo semiótico del que Eco nos hace mención, no han cesado las voces que debaten sobre la delimitación de las fronteras de la misma o incluso sobre su legitimidad como ciencia o disciplina. Dejando de manifiesto el tacto con el que se debe abordar este tema, pues tal como Eco lo llama en su documento la estructura ausente, nos estamos adentrando en los umbrales de la semiótica, destacándose como umbrales un comienzo o principio de este proceso de establecer con certeza todo lo que conlleva decir la palabra semiótica. Ya que mucho es su uso pero poco su entendimiento y su aplicación, sobre todo en el campo de la educación.
Si bien es cierto que las definiciones abunda sean estas vacías o bien fundamentadas, los docentes no pueden comprender aun la magnitud de tener claro dicha función pedagógica de la semiótica sea por el imperialismo semiótico o por no capacitación sobre dichas teorías de aquellos dinosaurios de la educación, o por la falta de compromiso o entendimiento de estas teorías por parte de las generaciones nacientes, y lo que puede llevarnos a pero caso, es que ninguna de las dos comprende o no distingue paralelamente lo que seria ciertos umbrales dentro de la misma semiótica, (entendiendo que se aborda el termino umbrales desde el documento de Eco) ya que el mismo Eco nos hace mención de dos umbrales de la semiótica. Estos dos umbrales de la semiótica se dispara en dos direcciones, el primero el umbral inferior se dirige hacia lo particular y el otro el umbral superior se dirige hacia lo general, es decir una se ocupara de toda las relaciones primeras y minúsculas entre los sentidos como unidad mínima y los significados no solo como estos solamente sino también incluirá todos aquellos procesos que sin incluir directamente el significado permiten su articulación ya que este umbral inferior se encierra entre el limite entre las señales y los signos, y la otra se vendrá a ocupar sobre todos los fenómenos culturales que vendrían a ser los mismo signos, tanto los aspectos que conviven dentro de ella en relación con ella misma y con otras culturas similares o diferentes.
Dentro de este marco conceptual de la semiótica, dado por Eco en su texto anteriormente mencionado, podemos introducirnos dentro del conversatorio constante que existe entre la semiótica misma y la labor docente, conversatorio que en muchas ocasiones el docente no descubre y deja pasar por alto. Esto debido a que el maestro en primera instancia no se ocupa de desentrañar los limites o fronteras de la semiótica para reelaborara sus métodos de enseñanza, teniendo presente que la semiótica tal como nos lo dice Umberto Eco es “una disciplina que puede y debe ocuparse de toda la cultura”, ya que el maestro tal como nos lo dice pestalozzi y Los pedagogos rusos en su mayoría, es un trabajador de la cultura, y como tal debe tener claro todo los componentes que en ella subyacen tales como la semiótica. aclarando que el docente debe de tener cuidado de no caer en el llamado imperialismo semiótico mencionado igualmente por Eco, cuando nos advierte de que este fenómeno tiende a homogenizar bajo una mirada cientificista el concepto mismo de semiótica e intenta deliberadamente delimitar su campo de acción, dejando ver a la sociedad como nos dice Marx, un código de mercancías.
El docente en su quehacer debe ser capaz de reaccionar a diferentes sucesos de sus estudiantes y la de sus entorno mediante un correcto análisis semiótico de estos, pues como nos lo dice Eco “la semiótica no solo puede ser considerada como teoría de los signos sino como una metodología de la practica de los signos” signos que vienen a ser prácticamente todo el accionar humano, que lo hacen un ser complejo en su accionar y pensar. por eso se hace apremiante la tarea docente de romper todas la barreras que impiden una correcta enseñabilidad de las diferentes teorías a todos sus estudiantes.
Sin embargo debe tenerse en cuenta que si bien el docente debe apropiarse de esta teoría para facilitar su labor docente, ¿que camino deberá escoger de entre todos los caminos que brindan tan diversos teóricos acerca de la semiótica, cual es el correcto o el mas acertado para sus labor como maestro? o ¿será la multiplicidad de definiciones y opciones que tiene el docente al enfrentarse con las teorías sobre la semiótica la que lo hacen indeciso e incapaz de aplicarlas correctamente? Y si por el contrario ¿serán la gran variedad de conceptos que tiene a su disposición la que debería hacerle el camino mas fácil y que para no confundirse deberá tomar la que mas le convenga de acuerdo a su entorno escolar? o acaso ¿el docente deberá esperar a que se defina en un momento histórico la semiótica de manera sencilla sea desde otra disciplina para que así pueda el llevarla al campo de la educación? O debe ¿ser el mismo quien defina la semiótica en su propio campo? Y si ¿el definirla en este mismo campo hace de la semiótica una concepción individual sin claridad alguna tornándose individual tal como hasta ahora ha pasado cayendo así en el mencionado imperialismo semiótico mencionado por Eco?
Muchas dudas nos deja el pensar que el docente pueda llevar la semiótica al campo de la educación, de la enseñabilidad y la aprendibilidad, de manera efectiva, este es un problema como el de si se puede enseñar o no literatura, problemas que si bien por ahora se le intenta buscar una solución y a pesar de las diversas posiciones que afirman la imposibilidad de resolver de forma positiva estos interrogantes, se hace necesario resolverlos, pues es apremiante y viable llevar la semiótica al campo de la educación.
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